¡Cuánta verdad hay en esa declaración! Estáis haciendo una magnífica labor, siendo útiles a la sociedad en lo que más nos duele a todos: nuestros enfermos.
Por desgracia, por la gran propagación de esta enfermedad, somos muchos los que de una u otra forma nos hemos sentido arropados por vosotros. En circunstancias tan dramáticas, cualquier ayuda física o moral es de una gran valía. De igual forma, en las reuniones que organizáis entre personas que están pasando por las mismascircunstancias, compartir experiencias y escuchar los consejos de la psicóloga te ayuda a seguir adelante sin desfallecer.
Por eso quiero daros las gracias públicamente, por cuanto me habéis ayudado. Cristina, gracias por muchas cosas, pero principalmente por saber escucharme en los momentos más difíciles y por haberme ayudado a superar esos momentos.
A tí, Vanesa, apenas me ha dado tiempo a conocerte porque la velita se apagó antes de lo que pensábamos. Pero el tiempo pasado contigo ha sido corto pero positivo. Gracias también.
Por último a tí, Isabel, por ser la persona más cercana a él, mi agradecimiento es muy grande, pues además de en todo momento dominar la situación con maestría, lo has hecho demostrándole mucho cariño, siendo infinitamente amable y paciente con él, y poniendo todo de tu parte para hacerle la hora que cada día le dedicabas lo más agradable posible.